Los estímulos sexuales

Una cosa son los estímulos sexuales y otra los estimulantes sexuales.

Los primero son simples situaciones que terminan provocando en un individuo el interés de tener sexo abiertamente. Entre los mismos puede citarse inclusive los efluvios hormonales naturales del organismo.

Los estimulantes sexuales, en cambio, son aquellos productos químicos o naturales que aumentan el interés por el sexo, o permiten desarrollar una mejor respuesta a los estímulos sexuales que recibe.

Existen personas cuya vida está repleta de estímulos sexuales. Entre ellas pude citarse a los cantantes y otros artistas populares con atractivo físico, ya que despiertan el interés de féminas que suelen estar dispuestas amostrarles su admiración mediante el sexo expedito, al que llegan generalmente provocando al individuo mediante la creación de situaciones aptas para un contacto sexual arriesgado o no, intenso o superficial.

Los estímulos sexuales se han ido popularizando cada vez más. Entre los productos creados y usados para el estímulo sexual están los panties tipo hilo dental, tan usados de modo consuetudinario, se tenga en plan un acto sexual o no. Con el uso de los pantalones femeninos de pretina baja, los aquéllos andan ya a la vista de todos en todo escenario, con lo que los hombres van por las calles y se desenvuelven en el trabajo bajo constantes estímulos sexuales que van provocando siendo desapego sexual o cierta adicción al oficio de Príapo.

Lo que sí es que el estímulo sexual se ha hecho necesario entre las parejas fijas, y ello es debido a la gran carga de desestímulos sexuales que caracterizan a nuestra sociedad de hoy. Sólo mencinemos el estrés y todos quedaremos apabullados.

Ese río de desestímulos es lo que ha dado pie a la existencia también de unas abundantes líneas de productos estimulantes sexuales que quizá no era estrictamente necesaria, pero que por ser sustancias de rápido e intenso efecto, inevitablemente terminarían como han terminando, causando una explosión mercadológica que no sabemos en qué finalmente desembocará .

Debemos recomendar a nuestros lectores que traten de retrasar el consumo de estimulantes, haciendo primeramente un uso atinado, prolongado y frecuente de estímulos como los que maneja la mujer o el hombre mismo (dependiendo del sexo o la preferencia sexual), los que se desarrollan a través de terapias, como los masajes corporales entre los miembros de la pareja y el baile de música suave en unión estrecha de los cuerpos.

Todo lo demás lo puede hacer la imaginación, si es que no existe ningún fuerte conflicto de por medio, claro está. I a veces aunque lo exista.

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